La Iglesia
Vidrieras
El catolicismo ha utilizado el simbolismo visual desde sus inicios. Un ejemplo temprano es el ictión o pez griego, utilizado por los primeros cristianos como símbolo secreto. En las artes visuales, los santos cristianos se asocian tradicionalmente a un símbolo o motivo icónico relacionado con su vida o su forma de morir. Durante el periodo gótico y el Renacimiento, los artistas utilizaban símbolos para que los analfabetos pudieran reconocer una escena o recordar la biografía de la figura santa. Esta tradición estableció muchos de los motivos simbólicos que aún reconocemos y que hoy se incorporan a las vidrieras de nuestra nueva iglesia.
Los cuatro evangelistas
En la parte superior de las ventanas se encuentran los símbolos tradicionales de los evangelistas: el León de Marcos, el Águila de Juan, el Buey de Lucas y el Hombre de Mateo. Su inspiración original procede de dos fuentes bíblicas, los cuatro seres vivos que dibujan el trono-carro de Dios en el primer capítulo de Ezequiel y las cuatro criaturas que alaban constantemente a Dios en el capítulo cuarto del libro del Apocalipsis.
Delante del trono había algo que parecía un mar de vidrio como el cristal. En el centro y alrededor del trono, había cuatro criaturas vivientes cubiertas de ojos por delante y por detrás. La primera criatura parecía un león, la segunda era como un ternero, la tercera tenía un rostro como el de un ser humano y la cuarta parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivos, cada uno de ellos con seis alas, estaban cubiertos de ojos por dentro y por fuera. Día y noche no dejan de exclamar: 'Santo, santo, santo es el Señor Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir'. - Apocalipsis 4:6-8
Estas vidrieras representan a los tres autores de los evangelios sinópticos sentados ante un escritorio, escribiendo sus respectivos evangelios en vitela, un antiguo material de escritura hecho de piel de ternera, con herramientas tradicionales, un cuchillo, unas pinzas y un tintero. Juan está representado de forma única recibiendo inspiración divina de la mano de Dios y dictando esa inspiración a un escriba más pequeño.
En el fondo de cada ventana hay una representación artística de la ciudad más relacionada con cada evangelista. A Marcos se le atribuye la fundación de la Iglesia de Alejandría, una de las sedes episcopales más importantes del cristianismo primitivo. Al evangelista Mateo se le atribuye la redacción del primer relato evangélico de Jesús para los judíos de la ciudad de Jerusalén. Lucas, médico y evangelista, escribió tradicionalmente su evangelio en Antioquía. A Juan se le asocia con la ciudad de Éfeso, donde se dice que vivió y fue enterrado. Algunos creen que fue exiliado (hacia el año 95 d.C.) a la isla griega de Patmos, donde escribió el Apocalipsis.
Sagrado Corazón de Jesús y Corazón Inmaculado de María
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús se desarrolló en el siglo XI a partir de la devoción anterior a sus santas heridas, en particular a la sagrada herida del costado de Jesús. El Sagrado Corazón se representa a menudo en el arte cristiano como un corazón en llamas que brilla con luz divina, atravesado por la herida de la lanza, rodeado por la corona de espinas, coronado por una cruz y sangrando. En la ventana de la iglesia, el sagrado corazón se muestra brillando en el seno de Cristo con una mano apuntando al corazón y la otra en la antigua posición de bendición. La corona de espinas representa los instrumentos de la muerte de Jesús, mientras que el fuego representa el poder transformador del amor divino. El Espíritu Santo está sobre la cabeza de Jesús rodeado de una cruz y un halo.
La imagen del Corazón Inmaculado de María representa una devoción que venera la vida interior de la Santísima Virgen María, su amor maternal por su hijo Jesús y su amor compasivo por todas las personas. La veneración del Corazón de María es similar a la del Sagrado Corazón de Jesús. Sin embargo, hay diferencias, ya que la devoción al corazón de Jesús se dirige especialmente al "corazón divino" como desbordante de amor por la humanidad. En la devoción a María, sin embargo, lo que atrae es el amor de su corazón por Jesús y por Dios. La vidriera representa a María con una aureola y la corona del cielo sobre su cabeza. Sus manos apuntan al corazón traspasado, brillando con el amor a Dios y colgando de su cinturón hay un rosario.